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Una clase sobre democracia


Con la excusa de conversar sobre la necesidad de reforma constitucional en la provincia de Santa Fe, José Luis Rodríguez Zapatero, dio una clase magistral sobre democracia. Fue el miércoles por la tarde, en el teatro Príncipe de Asturias. Y la lección fue para todos, incluido el gobernador Miguel Lifschitz que era el otro protagonista de este diálogo. Pero el invitado era el ex Presidente del gobierno de España y tuvo la oportunidad de explayarse y también aconsejar.

Probablemente utilizó sus dotes de profesor que perfeccionó cuando fue docente de Derecho Constitucional en la Universidad de León, hace ya mucho tiempo. Aunque no se puede ocultar que su personalidad y capacidad de oratoria fueron realmente atrayentes contrastando con los de nuestro gobernador,  un hombre más serio y de discurso monocorde.

Rodríguez Zapatero condujo a sus “alumnos” al inicio de los tiempos cuando las sociedades descubrieron, por fin, que eran capaces de regirse de manera efectiva por normas. Hizo foco en lo importante de volver a los fundamentos y principios clásicos de la democracia, a los escritos del republicanismo, a releer el pensamiento profundo de Cicerón. En fin, a acercarse al inicio de la conformación de las primeras sociedades democráticas griegas porque “la democracia es educar básicamente”. La reforma  constitucional, manifiesta entonces, una gran oportunidad para ello porque obliga a la sociedad a mirarse a sí misma. “Exige que la democracia demuestre que es un proyecto vivo, una proeza capaz de renovarse y que se tenga que hacer con un debate social para que cada ciudadanía marque su destino”.

El ex presidente español tiene relación estrecha con algunos gobiernos latinoamericanos de izquierda como Evo Morales, a quien ve como un referente de políticas sociales audaces o con el gobierno de Nicolás Maduro, de quien fue observador en las últimas elecciones presidenciales de mayo de 2018, a pesar de que la Unión Europea no las haya reconocido y haya sancionado al gobierno chavista.
Ante la pregunta de si veía un giro a la derecha en la región contesto: “Esto es una tentación de una parte de la izquierda, que cuando ve victorias electorales que son cuatro victorias de la derecha, ya dicen “hay un cambio de ciclo” (…) pues no. La democracia es así, cada país tiene su lógica. Normalmente hay alternancia cada cierto tiempo, y a veces coinciden y otras veces coinciden para el otro lado. Pero creo que hay que desacralizar estas categorías porque, así también pasa en Europa. De repente, aparecen los modelos conservadores, luego vuelven a aparecer los socialistas y mañana en otro país importante de Europa, como España, gana la izquierda. El ciclo de izquierda yo lo relativizo completamente”.

La  región de América Latina tiene un futuro prometedor para Zapatero. Primero, porque es una sociedad joven y cada vez más educada. Y segundo,  por la existencia de gran cantidad de materia prima. Aunque agrega que todavía necesitamos que la socialdemocracia se arraigue fuertemente y que se afiance la institucionalidad. También contar con gobiernos que se manejen de manera razonable en lo social y que se tomen enserio la economía “ustedes saben que una economía o es productiva, o no se mantiene”.

El ex presidente del PSOE volvió durante toda la “clase” una y otra vez a los conceptos clásicos de la democracia sin cansarse: “Al final la democracia es un proceso de consensos, tiene que haber grandes consensos en determinadas situaciones. No sé porque tiene tan mala prensa llegar a acuerdos. Sin embargo, los mejores productos políticos de la historia, son acuerdos. Grandes acuerdos”.  Y se animó a acercar un consejo para nuestro país porque “conoce bien el paño” y “Hoy más que nunca, Argentina, en mi modesta opinión, sin querer interferir, necesita acuerdos y líderes dispuestos a arrimar el hombro, no a aprovecharse de la situación (…) eso a los mercados les impacta, es decir: procesos de concertación interna”.

Su propuesta final fue desmitificar a las crisis de los gobiernos y de la política en general. “La política no es que esté en crisis o no. Es así. Es conflictiva, competitiva, difícil, pero ordena la sociedad, la regula”. Esa es su manera de demostrar que está viva.


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